Autor: José Emilio Pacheco
Año de publicación: 1981
Editorial: ERA
Tabla de contenido:
I EL MUNDO ANTIGUO
II LOS DESASTRES DE LA GUERRA
III ALÍ BABÁ Y LOS CUARENTA LADRONES
IV LUGAR DE ENMEDIO
V POR HONDO QUE SEA EL MAR PROFUNDO
VI OBSESIÓN
VII HOY COMO NUNCA
VIII
PRÍNCIPE DE ESTE MUNDO
IX INGLÉS OBLIGATORIO
X LA LLUVIA DE FUEGO
XI ESPECTROS
XII COLONIA ROMA
Portada del libro |
“El
amor es una enfermedad en un mundo en que lo único natural es el odio” (José
Emilio Pacheco, 1981, p. 56). Un pequeño niño enamorado, una época
impenetrable, amor imposible, familias bien, sociedades elitistas, confusión,
hermosa mujer, admiración, complejo de Edipo ¿Todo en uno a la vez?
Pacheco
tiene un oportuno estilo de redactar tan exacto y confuso que sus palabras
aprisionan de inmediato tu atención, no queda de otra pues en el preciso
momento en que tomas su libro no podrás soltarlo. Las batallas en el desierto
te transportan hacia los 40´s en el México de transformación donde los
pensamientos arcaicos aún prevalecían ante
todo. Un relato maravilloso donde el autor se encarga de guiarnos a través de
las diferentes edades de Carlos, el personaje principal; donde comienza
contando la historia desde pequeño justo a los 8 años cuando se enamora de la
madre de su amigo, hasta su edad adulta
donde tendría aproximadamente 60 años. Es fascinante como el pensamiento de un
infante, tan puro e inocente, no muere ante la suciedad de las personas; Carlos ignoraba cualquier
comentario de su familia, de los doctores y de sus compañeros y no comprendía
por qué el amor que
él sentía causaba tanto
ruido. Tanto tiempo ha pasado desde aquél escrito, tantos conocimientos
novedosos, tantas generaciones y aún seguimos escondiendo el amor. Sea de
pareja, de padres, de hermanos, de hijos o de uno mismo; la frase pronunciada
por Carlos rezumba alocadamente en mis oídos: “querer a alguien no es pecado, el amor está bien, lo único demoniaco
es el odio”.
¿Qué tan importante es saber
si está bien o si está mal? ¿Qué más da ir contracorriente en tan hipócrita
sociedad? Elevarse, cambiar, dejar fluir, vivir, equivocarse, ser; eso
realmente tiene sentido. Si algo nunca va a dañar es el verdadero amor, el
puro. Cuando se piensa y se actúa a través de esta energía todo interés
desvanece. Pequeño niño se atrevió, jamás comprendió lo sucedido y no le
importó, solo enaltece el recuerdo de su amada; todo enredo lo eliminó y de su
acción no se arrepintió. De ese horror ¿quién puede tener nostalgia?